Desafío Ártico cierra su 10ª Edición alertando sobre el cambio climático y el futuro del perro groenlandés

el equipo recorrió 250 km hasta qeqertaq, acompañado por tres inuits locales, 36 perros groenlandeses y tres trineos tradicionales

El proyecto Desafío Ártico es mucho más que una travesía: es una expedición anual que une ciencia, denuncia ambiental y el reconocimiento del vínculo humano-perro en uno de los entornos más hostiles y transformados por el cambio climático: Groenlandia.

La décima expedición de Desafío Ártico, una iniciativa promovida por la Fundación DingoNatura y Maratondog, ha llegado a su fin. Una edición marcada por las evidencias directas del cambio climático en Groenlandia que ha puesto de manifiesto el papel esencial que juegan el perro groenlandés en la cultura inuit y la preservación del ecosistema ártico.

Desafío Ártico: 246 – Viktoria

El viaje comenzó el 21 de abril en Málaga, desde donde el equipo se desplazó pasando por Copenhague y diversas localidades de Groenlandia hasta establecer su campamento base en Qaanaaq. El objetivo era alcanzar Siorapaluk —el asentamiento habitado de forma natural más septentrional del planeta— para repetir una fotografía tomada en 2015 que documentara visualmente el retroceso glaciar.

Sin embargo, el deshielo prematuro y las temperaturas anormalmente elevadas para la época obligaron a modificar la ruta. Finalmente, el equipo recorrió 250 kilómetros hasta la localidad de Qeqertaq, acompañado por tres inuits locales (Niels Miunge, Gustav Simigaq y Quma Kvist), 36 perros groenlandeses y tres trineos tradicionales. Esta forma ancestral de desplazamiento se mantiene viva gracias al compromiso de las comunidades inuit, que siguen transmitiendo una tradición esencial para la vida en Groenlandia.

Uno de los momentos más emotivos del trayecto fue compartir el trineo con Viktoria, la niña que da nombre a la expedición de este año y cuya presencia simboliza el legado que se desea preservar para las futuras generaciones. 

El perro groenlandés: pilar cultural y testigo del cambio climático

El proyecto Desafío Ártico, subraya el papel histórico del perro groenlandés en la vida de las comunidades inuit, y la necesidad urgente de protegerlo. Su número ha disminuido drásticamente en los últimos años, en paralelo a la transformación del entorno.

“A través de estas iniciativas buscamos sensibilizar sobre la importancia de proteger esta especie y preservar así el equilibrio de este ecosistema. Nuestro compromiso es dar voz a quienes lo habitan y proteger a los perros groenlandeses, los verdaderos guardianes de este entorno. El futuro depende de nuestra capacidad para escuchar y actuar.”  – señala Ana Chinarro, CEO de DingoNatura y Presidenta de la Fundación DingoNatura.

Durante la expedición se grabó un documental que recoge los testimonios de los habitantes locales, quienes relatan cómo el cambio climático afecta directamente a su vida cotidiana. 

La Fundación DingoNatura reafirma así su compromiso con la protección del perro groenlandés y la divulgación acerca de los efectos del cambio climático. El apoyo de iniciativas de este tipo sirve para inspirar a la sociedad a actuar frente a los retos ambientales que amenazan el futuro de todos.